palacio
29/09/2021

Esta pregunta os puede resultar fácil de responder: porque el césped es bonito, porque es muy visual, porque es más cómodo que el azulejo, porque tenemos mascota y se siente más feliz en la hierba… Se nos ocurren una infinidad de respuestas, pero, vamos a ahondar más en este tema. 

 

La realidad es que detrás de esa necesidad de tener un jardín hay una historia, y no una historia personal (que también), sino una historia real que llega hasta hoy. En la Edad Media, los aristócratas franceses e ingleses, comenzaron a plantar césped en los jardines de sus castillos; y esta costumbre de la nobleza, se expandió a jardines en las entradas de residencias privadas y edificios públicos, otorgando la merecida majestuosidad a los edificios. Los más curiosos sabían que si veías un jardín en mal estado era mala señal, algo iba mal en casa de esos nobles, porque para mantener esa ostentación, debían permanecer siempre impecables.

 

Como ya hemos comentado, los jardines majestuosos se identificaban con nivel social, poder adquisitivo, pero avanzaban los años y aunque al principio solo la clase alta podía permitirse tener jardín, con la revolución industrial y la ampliación de la clase media, llegaron el cortacésped y el aspersor automático. Entonces, muchísimas familias comenzaron a permitirse casas con jardín, y esto pasó de ser un lujo de la alta aristocracia a algo requerido por toda la clase media.

 

El jardín se ha extendido a nivel mundial, y lo que antes era asociado con Europa o Estados Unidos, ha llegado al mundo musulmán: Qatar, Doha, Dubai… es decir, lo puedes encontrar en cualquier rincón.  ¿Y vosotros, no queréis vuestro rinconcito verde en casa también?